No hubo, ni hay, ni habrá sociedad alguna sin corrupción. Si bien puede manifestarse en infinidad de formas, esencialmente es siempre lo mismo: la transgresión, la violación de algún tipo de ley, ya sea formal y escrita, moral o convencional. El corrupto es, antes que nada, un transgresor. ¿Y por qué no hay sociedad sin transgresión? Porque todas las sociedades se constituyen a partir de la ley, separando lo que está prohibido de lo que está permitido.No hay que pensar la ley en su sentido moderno de código escrito: se trata de algo previo, que regía a las sociedades que no habían desarrollado la escritura. La ley, -insisto- entendida como lo que separa lo que se puede (y lo que se debe) de lo que no se puede, es el gran organizador de la vida social. Si pensamos en cualquier organización de la que participamos, todas, a su manera, funcionan a partir de esa delimitación, señalando quiénes pueden qué cosa y quiénes no.Y acá viene lo más importante de todo: ¿Cómo se impone la ley? De muchas maneras, pero fundamentalmente por la fuerza.No hay ley que no sea transgredida. Aunque sea sólo un poco y por unos pocos, las normas tuvieron y tendrán siempre cierto margen de incumplimiento. Por eso no hay nada más ingenuo que reclamar el fin de la corrupción (como de tantos otros vicios sociales). Aunque nos asombremos y nos cueste creerlo, hasta en las organizaciones más inmaculadas y puritanas está presente la corrupción en sus formas más vulgares.Pero esto no supone rendirse ante la inevitabilidad de vivir en una sociedad corrupta: la corrupción, inevitable como es, ha tenido y tiene un lugar marginal en muchas sociedades. Existe, pero no es un problema porque hay mecanismos sociales que la reprimen y la mantienen a raya.¿Problema sin solución? Nunca. Sólo se trata de tener la suficiente convicción y creatividad colectiva para desarrollar métodos eficaces para controlarla.Y, sobre todo, de no avalar a quienes de la corrupción hacen su ley
Fuente:http://blogs.infobae.com/mundo-en-crisis/2013/03/19/por-que-la-corrupcion-esta-en-la-naturaleza-humana/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario