Hace unos días recibí correo de Emmanuel Álvarez Agis, alertándome acerca de las implicancias y sobre todo de las consecuencias del proyecto de ley auto-denominado “Programa nacional de reparación histórica para jubilados y pensionados” que el PEN enviara al Parlamento.
El mail no hizo más que confirmar mis peores temores. Estamos ante un verdadero Caballo de Troya. Pero adentro no vienen ni Aquiles ni Ulises. Por el contrario, este auténtico presente griego trae: el “huevo de la serpiente” para la destrucción del Sistema Previsional Argentino (SIPA), la inequidad tributaria al eliminar impuestos progresivos (bienes personales y renta financiera) para los que más tienen, la ilegalidad al excluir del blanqueo a los familiares de los funcionarios políticos (que son Personas Expuestas Políticamente-PEP de acuerdo a la legislación Nacional y Global, la opacidad de excluir también a los otros poderes del Estado, (Jueces y Legisladores) tanto a nivel Nacional como Provincial y Municipal, la inconstitucionalidad de la mordaza impuesta a terceros o periodistas, que piensen en desatar los nudos de los Panamá Papers.
Y por si todo lo anterior fuera poco, la burla de establecer una quita de entre el 30 % y el 60 % para los jubilados que tienen juicio contra la ANSES.
Emmanuel en su correo lo compara: “es algo así como la quita que nosotros le hicimos a los buitres, pero en este caso, increíblemente, Cambiemos se lo aplica a los jubilados” (sic). Cambiemos, claro, es el actual Gobierno. Eso lo digo yo.
Debo confesar que, como ex legisladora, y ante una rápida lectura del proyecto, lo que más llamó mi atención fue la mezcolanza de temas: blanqueo, jubilados, juicios, cambios de índices de actualización y edades del SIPA, venta de acciones del FGS, derogación de impuestos progresivos, acuerdos fiscales con las provincias, etc.
Un auténtico bodrio legislativo. Por método y por contenido. Poco común. Tal vez solo comparable, en mi experiencia como legisladora (1989-2007), con el famoso proyecto de “super-poderes” para Cavallo, que nos enviara el Gobierno de la Alianza durante el año 2000. Cualquier coincidencia con la actualidad no es mera casualidad, sino absoluta causalidad.
A poco de empezar a leer el correo de Emmanuel, dos imágenes surgieron ante mi con mucha nitidez:
· Una, entre política y personal, anida en un pasado no tan lejano: el proyecto de privatización de YPF enviado al Parlamento con la excusa de pagarle a los jubilados, y el recuerdo de María, mi suegra, feliz cuando cobró la actualización de la pensión de Néstor, su esposo fallecido. Y también la de mi mamá cuando cobro la pensión de mi papá. La alegría les duró muy poco.
Después de eso, ningún Gobierno les aumentó nada. Es más, cuando llegó el Gobierno de la Alianza, que también venía a cambiar todo (aunque no eran tan alegres) les descontó el 13 % a todos los jubilados y pensionados. Muchos de los funcionarios del actual Gobierno formaban parte de aquel elenco.
El descuento del 13 % fue devuelto (una reparación verdadera) por nuestro Gobierno, no solo a los jubilados sino a todos los empleados públicos.
· La otra imagen es la mía y la del empresario ítalo-argentino Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, reunidos en Olivos, durante mi segunda Presidencia. El señor Rocca, como en otras oportunidades, había solicitado verme. Y como en tantas otras lo recibí, en esa oportunidad en la Quinta Presidencial. El motivo de su visita, uno solo: quería recomprar el 26 % de las acciones de SIDERAR, una de las empresas del Grupo, que son propiedad del FGS de la ANSES. La suma que ofrecía era de 600 millones de dólares.
Estábamos él y yo solos en Jefatura de Gabinete, lo recuerdo muy bien. Una digresión, si se me permite: es muy curioso que reuniones que tuvieron lugar en Olivos con gente que sí conozco, nunca merecieran una sola letra de molde. En cambio, se difunden decenas de publicaciones orales, escritas y televisivas sobre reuniones que nunca tuve con gente que ni siquiera conozco. Delicias del “periodismo de investigación” vernáculo.
¿Que cuál fue el resultado de la reunión? A los hechos me remito: las acciones de SIDERAR siguen formando parte del FGS.
Siempre he sostenido, en privado y en público, que mientras fuera Presidenta no se iba a vender una sola acción que formara parte del FGS. No sólo por considerarlo vital para la sustentabilidad del sistema jubilatorio, sino también para la actividad macroeconómica del país.
Los resultados de los balances de las empresas privadas que integran el FGS demuestran que tenia razón. Pero no quiero apartarme de la cuestión central: el excelente informe de Emmanuel Álvarez Agis.
De imperdible, y casi obligatoria lectura, para todos: trabajadores, jubilados, profesionales, estudiantes, amas de casa, comerciantes, empresarios, científicos y por qué no dirigentes políticos. Les permitirá comprender la magnitud de lo que se está discutiendo en el Congreso y sus consecuencias, no solo en el ya y ahora, sino también en el devenir inmediato.
No es una actitud autoritaria, es simplemente para evitar “futuros” sorprendidos, engañados, decepcionados o enojados, que con los del presente ya sobran.
Finalmente, Emmanuel sostiene, con convicción, que nuestro proyecto no puede contribuir a la quiebra del sistema previsional, eliminar impuestos a los que más tienen y mucho menos ser cómplice de la impunidad de los Panamá Papers o las 4.040 cuentas del HSBC. Tiene razón Emmanuel. Pero quiero decirle, como les dije en el mes de abril de este año a los legisladores y legisladoras nacionales (que llegaron a sus bancas en las boletas del Frente para la Victoria), que no voy a decirle a ninguno de ellos, ni tampoco de ellas, cómo tienen que votar. Son todos mayores de edad. Y algunos y algunas, legisladores desde los años 90, cuando quien suscribe votaba en soledad casi absoluta en los entonces bloques oficialistas.
Sé que a algunos las presiones de todo tipo, aún las de dudosa legalidad, les resultan insoportables. Creen, sinceramente, que su futuro político se juega en el resultado de una votación. O en el recinto del Parlamento. O ante las cámaras de televisión. O en las páginas de los diarios. O que depende de algún juez de turno.
Podría contarles que las cosas no son siempre así. Que podés votar sola y hasta ser expulsada de tu bloque (como me pasó en 1997 cuando era Senadora nacional, algún legislador actual se debe acordar) y ser, no sólo la primera mujer Presidenta de la Nación, sino además ser reelecta por la mayor cantidad de votos de la historia, a excepción, por supuesto, (y como corresponde) de Juan Domingo Perón.
Para otros que votaron cualquier cosa durante los años 90 o los del Gobierno de la Alianza y después formaron parte de nuestros Gobiernos, y siguen creyendo que se puede volver a votar cualquier cosa ahora también, deberían comprender que lo que venga después nunca va ser igual.
La interpelación que, desde la convicción y la razón, formula Emmanuel Álvarez Agis, 35 años, Vice-Ministro de Economía durante mi segunda Presidencia, la llevarán adelante muchos más de los que pueden entrar en el recinto de un Parlamento, y que además nunca se sentaron ni se sentarán jamás en una de sus bancas.
P.D.: el hecho de que Emmanuel se dirija a mí como Presidenta es costumbre. Toda mi vida me dirigí al Dr. Alfonsín como Presidente, aún cuando ambos éramos Senadores. La presente aclaración tiene por objeto ahorrar comentarios mediocres en épocas donde abundan. Gracias.
Cristina
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