Hace 16 años Portugal decidió despenalizar la posesión de todas los estupefacientes — exactamente todas las sustancias, desde la marihuana a la heroína.Así pues, a día de hoy la policía portuguesa no detiene a nadie que lleve consigo una cantidad de droga inferior a la dosis contemplada para 10 días de consumo personal — un gramo de heroína, de MDMA, o de anfetamina; dos gramos de cocaína, o 25 gramos de cannabis. En lugar de ello, aquellos que son interceptados con cantidades consideradas de uso personal son citados ante los llamados “comités de disuasión”, creados por psicólogos, abogados y profesionales sociales.La mayoría de los casos se quedan en nada más que en una advertencia, mientras que a aquellos individuos que hayan comparecido demasiadas veces ante el comité, se les sugiere que arranquen un tratamiento.A pesar de que, a menudo, no ha sido valorado como se merece en referencia a su pionera labor en materia de despenalización, la experiencia acumulada por Portugal durante la última década y media habla mucho y muy bien de su sistema de salud pública. Y no solo de su sistema sanitario, pionero por ser gratuito, sino también de sus múltiples programas de asistencia y tratamiento.Por si fuera poco, la experiencia portuguesa también habla extremadamente bien de algo tan difícil de cuantificar como el efecto de una legislación en el comportamiento de una sociedad. Esto es: en una sociedad donde las drogas están menos estigmatizadas, los usuarios con problemas de toxicomanía tendrán menos dificultades en buscar ayuda que en una sociedad donde se percibe al consumidor como a un delincuente.
Algunos datos: El índice de infecciones por VIH ha pasado de los 1.016 casos registrados en el año 2000 a los 56 en 2012. Las muertes por sobredosis han disminuido en un 80 por ciento desde 2001, lo que las ha situado en las solo 16 registradas en todo el país en 2012.En el 2000, alrededor del 1 % de la población, alrededor de 100.000 portugueses, era adicto a la heroína.Hoy “calculamos que se trata de 50.000, la mayoría de los cuales se habrían acogido a programas de metadona”, explica Goulao, que también señala que en los últimos tiempos el consumo ha repuntado un poco, especialmente entre ex adictos que se habían recuperado. Según Goulao, tal es un reflejo del pálido estado de la economía portuguesa, una economía proverbialmente anémica.
“La gente consume drogas por dos motivos — ya sea para potenciar el placer o para combatir el desasosiego — y el tipo de sustancias que se consumen y el tipo de personas que las toman tiene mucho que ver con la calidad de vida de un país”, subraya. “Yo creo que las políticas de reducción de riesgos no tienen nada que ver con abandonar a la gente a su suerte o con creer que no se recuperarán”, relata Goulao. “Yo creo que se trata de respetar su proceso, y de asumir que incluso en el caso de que alguien siga consumiendo drogas, esa persona merece la inversión del estado, de un estado que haga lo posible por ofrecerle una vida mejor y más larga”.La proximidad y la cercanía en las relaciones entre los vecinos portugueses y sus médicos es otro de los rasgos distintivos del modelo, un rasgo que sería difícilmente reproducible en otros países, especialmente en aquellos más poblados.“Cuando la persona no se presenta a su cita médica, entonces se le encarga a la policía local que le notifique personalmente que su ausencia ha quedado registrada”, explica Capaz. “Lo más importante es procurar mantener el vínculo con el sistema de tratamientos”.Resulta especialmente significativo que la policía actúe de manera coordinada con los médicos del estado. El hecho de que las fuerzas del orden desempeñen la tarea de asegurarse de que los adictos cumplen con sus citas demuestras hasta qué punto ha cambiado la situación con la de hace solo una década y media, cuando los drogodependientes eran permanentemente criminalizados.“La situación económica no es fácil para nadie. Y es evidente que los consumidores de drogas no son una excepción”, ha contado. “Nos hemos encontrado con que muchos de nuestros usuarios se han visto abocados a situaciones desesperadas”.Los trabajadores de la salud pública portugueses saben que Grecia es el espejo en el que deben mirarse. La intervención de la troika en la economía griega ha sido el estallido de los índices de contagio del VIH. Los fulminantes recortes de la sanidad pública están provocando plagas cada vez más desaforadas.“Normalmente la atención se concentra en la despenalización, pero lo cierto es que si ha funcionado es porque ha habido otros servicios funcionando paralelamente. Y porque la cobertura que hemos desplegado incluye el cambio de agujas, los tratamientos de desintoxicación, sistemas de terapias en grupo y un plan de reinserción laboral para los toxicómanos”, explica Fuentes. “La combinación de la ley con esos servicios es lo que explica nuestro éxito. Es muy difícil dar con nadie en Portugal que cuestione este modelo”.En vísperas a la sesión especial de la Asamblea General de Naciones Unidas, Goulao advierte que los países que quieran inspirarse en el modelo portugués deberán de considerar antes sus propias circunstancias domésticas.
Fuente:http://fmcapital953.com.ar/el-ejemplo-de-portugal-todas-las-drogas-despenalizadas-con-resultados-positivos/
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